Pasó por su cabeza el como sus brazos le rodeaban por la cintura, apoyaba la nariz en su nuca, apartándole un poco el pelo para sentir su aroma más profundamente. Recordó el latido de su corazón, sintió como el suyo propio alcanzaba un ritmo frenético multiplicando su razón x 0 y anulando por lo tanto cualquier pensamiento logico, y de pronto, un remolino de imagenes asaltó su mente en el lapso de dos segundos, quisiera poder decir tantas cosas en ese momento.. ¿Cómo explicar que necesitaba cada vez más de esas caricias después de tanto tiempo sin ellas?
Cada parte de su ser deseaba entonces perderse, demacrándose poco a poco al recordar un único nombre.
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